viernes, 12 de noviembre de 2010

MIRANDONOS

COMO MUCHO es un decir, y a menudo, la ansiedad por la comida es producida por factores como el estrés o el exceso de preocupaciones. En este caso hemos de reflexionar si ese tema tiene solución y si no la tiene, ver que cambio de actitud podemos tomar nosotros. Normalmente las personas saben en que horarios del dia vienen esos impulsos y desordenes para hacer de su comida un desahogo La propuesta es jugar un papel de detectives de nosotros mismos y es a nivel emocional donde hemos de hacer un análisis más profundo. Normalmente siempre que hay ansiedad por la comida o a cualquier otra cosa (alcohol, drogas, relaciones de pareja destructivas, etc.) siempre hay una gran falta de autoestima. Aprender a querernos un poco más, aceptándonos como somos y valorando nuestras virtudes es un primer paso para amarnos y sentirnos amados.  Es el primer paso para sentirnos llenos.

A reducir la ansiedad

Controlar excitantes como el café, el té, el azúcar, el chocolate, que sólo harán que agravar el problema, en cambio, tomar más líquidos como jugos de frutas, infusiones de plantas relajantes como la Valeriana, Manzanilla, el tilo y sobre todo mucho agua. Los líquidos en general ayudan a disminuir la sensación de hambre ya que a menudo lo que estamos es un poco deshidratados. O sea antes de comer cualquier cosa tomar primero siempre uno o dos vasos de agua, hara que tu organismo se sienta satisfecho y que desacelere su comienzo de generar ansiedad.

Aumentar la frecuencia de las comidas para evitar llegar al punto de alarma roja que es aquel en el qué la ansiedad por la comida es tal que empezamos a comer de forma compulsiva. Así pues, desayunar, tomar algo a media mañana, almorzar a mediodía, merendar y cenar. Y si es demasiado el deseo podemos mantener algunas semillas (mani, almendra, etc) para ir picando.

Los alimentos deben de ser preferentemente cocinados ya que los alimentos crudos, como las ensaladas, no son saciantes y al momento ya vuelves a comer. Eso no quiere decir que hemos de suprimir las ensaladas y la fruta de nuestra dieta sino que mientras estemos ansiosos no deben de representar la mayor parte de nuestra comida.
Además hay que aliñarlos preferiblemente con aceite ya que las grasas saludables (el aceite de oliva, los frutos secos...) son saciantes.

El ejercicio físico es indispensable en casos de ansiedad por la comida ya que ayuda a descargar las tensiones y a oxigenarnos con lo cual disminuye la ansiedad por la comida. Practicar la respiración o el Yoga también será beneficioso. Hay que tener en cuenta que cuando estamos más nerviosos o angustiados siempre cambia nuestra respiración que se vuelve más superficial y rápida. Hay que tomar consciencia de la respiración y aprender a controlarla. Si respiramos de un modo más pausado y profundo nuestro estado de ansiedad también tiende a desaparecer. Aunque no lo parezca es una de las pautas básicas para el tratamiento de la ansiedad por la comida.

IMPORTANTE
Cuando alguien se siente feliz dice a menudo que se siente satisfecho, lleno de felicidad. Es evidente que hemos de reflexionar sobre las emociones que tenemos habitualmente y hemos de sanar esos aspectos negativos como los celos, la ira, la envidia o la necesidad de tener más y más.  Sintiéndonos satisfechos de nuestra vida tendremos un mayor control sobre lo que comemos ya que no dependeremos de algo externo para sentirnos por fin satisfechos.


De lo único que hemos de tener siempre hambre es de aprender, de amar, de ayudar, de compartir, de reir, resumiendo.......... de ser más felices.”

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